Entre 2003 y 2013, en términos absolutos, el salario mínimo trepó 16 veces, de 200 a 3.300 pesos; y la jubilación mínima se multiplicó por 11; de 220 a 2.477.
Pero en capacidad adquisitiva, ambos haberes triplicaron su poder de compra en un importante número de productos y servicios.
Así, si en 2003 un asalariado necesitaba de un ingreso mínimo y medio para alquilar un departamento de dos ambientes en Boedo o Flores; en la actualidad, ese gasto le insume tres cuartos de su sueldo.
En tanto, si un jubilado requería más de un haber y medio para afrontar ese mismo alquiler, ahora con menos de la mínima le alcanza.
Fuente: Télam