La iniciativa argentina busca que, como en la reestructuración de las deudas entre privados, si una mayoría acepta el arreglo propuesto por el Gobierno, el resto debe acogerse a esa decisión, e impide que se siga litigando ante tribunales particulares.
La iniciativa se impulsó luego de que la justicia de Estados Unidos fallara en contra del país en un juicio iniciado por los Fondos Buitre y la sentenciara a pagar 1.600 millones de dólares por los títulos que no entraron en el canje de la deuda.
La iniciativa argentina recibió apoyo de -entre otros- el Grupo de los 77 más China, de los países del Mercosur y la Unasur y se espera que logre un respaldo mayoritario con la excepción de abstenciones de parte de los Estados Unidos y algunos países europeos.
La iniciativa argentina fue considerada por Timerman como "una herramienta de gran valor para permitir que las reestructuraciones de deudas soberanas se lleven a cabo con mayor equidad, eficiencia y transparencia, al tiempo que se les pueda poner un límite a grupos minoritarios especuladores que sin escrúpulos ponen en riesgo el desarrollo de nuestras naciones".
Fuente: Télam