Estos últimos, en una segunda instancia, emitían una factura a una firma uruguaya denominada Molino Americano SA -controlada por Molino Cañuelas. La firma oriental -en una tercera etapa- emitía una nueva factura a los destinos finales donde llegaron los granos por el valor real de la operación, con lo que evitaban tributar al fisco argentino el valor real de la operación.
Fuente: Télam