La operación se cerró con la transferencia de 1.300 millones de dólares (unos 1.000 millones de euros) por parte de Geely en efectivo. Más adelante ambas partes decidirán si hay más pagos. Estadounidenses y chinos cerraron el trato en marzo y en ese momento se habló de 1.800 millones de dólares.
"La venta de Volvo nos permitirá centrarnos en la marca Ford en todo el planeta y seguir con nuestro plan One Ford para ofrecer a nuestros clientes los mejores coches y camiones del mundo", añadió Mulally en un comunicado.
El trato incluye promesas de inversión de Geely en Volvo y Ford seguirá vendiéndole componentes.
La maniobra profundiza la política de Ford de concentrarse en su propia marca, ya que antes de Volvo la empresa vendió también las filiales de lujo europeas Jaguar, Land Rover y Aston Martín.
A su vez, a fin de año planea desprenderse de la marca estadounidense Mercury. Es la primera vez que Ford vuelve a tener ganancias tras años de pérdidas, por lo que la estrategia de Mulally parece estar dando frutos.
Fuente: Infobe