Tomando en cuenta esas restricciones y a partir de los datos de la EPH del Indec los hogares que tienen hijos menores a 18 cuyos padres se encuentran en situación de desempleo o con un empleo informal con remuneraciones inferiores a $1.500 , y adicionando a sus ingresos el monto de la asignación, se puede aproximar el nuevo ingreso de los hogares.
"Luego, con algún cálculo alternativo de inflación al del Indec, para dimensionar una línea de pobreza más consistente con la realidad, se puede aproximar la reducción de la pobreza que se lograría con la asignación. Para el Indec, la línea de pobreza promedio de los hogares pobres fue de $1.214, afectaría al 13,2% de la población urbana, pero con un cálculo alternativo de la inflación (se tomó el publicado por Buenos Aires City) la línea de pobreza sería de unos $1.686, llevando la incidencia a 20,9% de la población urbana. De ahí que si hubiese estado vigente en 2009 la asignación por hijo, el aumento en el ingreso de los hogares pobres habría reducido la incidencia de la pobreza al 19,4%", sostiene un análisis de Jorge Colina en el informe semanal de Idesa.
El experto concluye que si bien "este ejercicio de simulación es provisorio y muy limitado, alcanza para observar que el impacto redistributivo de la asignación por hijo es muy modesto. La causa principal es que las transferencias no llegan o llegan de forma insuficiente a los hogares pobres, mientras que, por otro lado, familias que no son pobres terminan recibiendo la asignación".
Restricciones que limitan los beneficios
Además, observa Colina que "casi un tercio de los hogares pobres no tiene hijos, por lo tanto, no califican para la asignación. Otro tercio de los hogares pobres tiene 1 ó 2 hijos y califican para el programa pero su brecha de pobreza (o sea, los ingresos adicionales que necesitarían para salir de la pobreza) es de aproximadamente $600 en promedio, un valor muy superior al que recibirían por la asignación ($180 y $360, respectivamente). El otro tercio de los hogares pobres tiene 3 o más hijos con brechas de pobreza que van desde $850 hasta $1.600, de manera que el ingreso adicional de la asignación también es insuficiente".
Para peor, alerta Idesa que "el problema se ha profundizado en el 2010 dado que los precios, especialmente de los alimentos, han crecido intensamente mientras que la asignación se ha mantenido fija. Esto hace más paradójico aún el hecho de que aproximadamente el 37% de los hogares que reciben la asignación no son pobres".
Fuente: Infobae