En 2008 y 2009 hubo un ingreso de divisas récord gracias a un saldo positivo del comercio exterior ya que las exportaciones superaron a las importaciones. El superávit fue US$ 29.578 millones. Pero las reservas del Banco Central no aumentaron: se mantuvieron casi en los mismos niveles que a comienzos de 2008. Hoy apenas superan los US$ 47.000 millones. Es que las divisas que ingresaron no quedaron protegidas, porque se fugaron delante de las narices del BCRA y también del Gobierno.
No todas las divisas que ingresan del superávit comercial quedan como reservas en el Banco Central. Además, de los pagos de intereses o envío de ganancias de las filiales de empresas multinacionales a sus casas matrices, hubo una impresionante fuga de capitales.
Entre enero de 2008 y septiembre de 2009 (último dato) sumó la friolera de US$ 37.276 millones. Así, las divisas que entraron por la ventanilla del comercio exterior, salieron por la ventanilla "formación de activos externos", nombre con el que el BCRA califica a los dólares que vende y que van a parar al exterior, al colchón o a las cajas de seguridad.
Desde marzo de 2008, cuando se desató el prolongado conflicto con el campo y en octubre de ese mismo año, con la liquidación de las AFJP, la fuga de capitales fue una constante sangría. En 2009 se sumó la incertidumbre local a la crisis financiera internacional.
Además de las divisas del comercio exterior, ingresaron dólares de préstamos y de inversiones del exterior por otros US$ 12.000 millones. Pero esos dólares también salieron porque, además de la fuga, entre otros rubros, se pagaron intereses por la deuda pública y privada por más de US$ 5.900 millones y las utilidades y dividendos girados al exterior sumaron otros US$ 5.200 millones.
La salida de capitales no se hizo con maniobras ilegales sino perfectamente autorizadas. Por ejemplo, comprar hasta 2 millones de dólares por mes por persona jurídica (sociedad) o física. También las llamadas operaciones de contado con "líqui" que consisten en comprar un título, ya sea un bono o una acción, en el mercado local, pagando con pesos, y vender el mismo título en una plaza financiera del exterior, cobrándolo en dólares, dejando las divisas allí.
El proceso de fuga de capitales se inició a mediados de 2007 como consecuencia de la crisis internacional, y se potenció por los conflictos político-económicos internos. Entre el II Trimestre de 2007 y el III Trimestre de 2009, la fuga totalizó US$ 45.899 millones. Según los analistas esta fuga de divisas se habría frenado hacia fines del año pasado, un dato que podrá ser corroborado esta semana cuando el BCRA dé a conocer las cifras del Balance Cambiario del IV trimestre de 2009. Y que seguramente marcará que las reservas del BCRA a fin de diciembre siguen clavadas en el nivel de enero de 2008. Este año el superávit comercial podría rondar US$ 15.000 millones. El mayor problema es que no sigan fugándose.
Fuente: El Clarín