La Dirección Nacional de Cuentas Internacionales, dependiente del Ministerio de Economía, informó que en los primeros nueve meses del 2010 los "activos externos del sector financiero y no financiero” se elevaron en u$s7.137 millones. De ese total apenas u$s472 M se destinaron a inversiones directas y el resto se distribuyó en activos con devengamiento de renta y en el resguardo en "los colchones".
Estos últimos se estima que pasaron de representar el 31% en diciembre de 2001, última apertura de los activos externos del sector privado no financiero, a 40% del total de u$s169.203 M calculados al cierre del tercer trimestre. Los del sector financiero sumaron a esa fecha u$s3.584 millones.
De este modo, la proporción en términos de PBI se elevó a 46,5% y excedió en más de u$s43.000 millones al total de la deuda externa del sector público y privado a fines de septiembre.
Pero el dato inquietante es que desde la salida de la convertibilidad del peso, mientras la generación de riqueza del conjunto de los residentes aumentó en u$s120.000 M, según las estimaciones de la Dirección Nacional de Cuentas Nacionales, los activos de los residentes en el resto del mundo se acrecentaron en u$s70.500 millones.
Es decir que 58,8 de cada 100 dólares que agregó la actividad productiva y comercial se canalizaron hacia fuera del ciclo de los negocios en el orden nacional y se refugiaron fuera del sistema financiero institucionalizado, no obstante el desincentivo que significó una política cambiaria que apenas devaluó el peso 4%, en un contexto inflacionario a un ritmo de más de 25% anual. (Infobae)