Si bien este aumento es de índole estacional, los comerciantes del rubro indicaron que en comparación con los valores de 2010, en general hubo un incremento promedio del 10 por ciento, producto del proceso inflacionario. Este aumento también se trasladó a las frutas y verduras de estación, que no sufrieron aumentos por cambio de temporada, pero sí una suba acumulativa por inflación.
Por su parte, los habituales consumidores de estos productos naturales aseguran que la posibilidad de consumir frutas y verduras en un hogar con miembros numerosos es casi insostenible, ya que representa un verdadero impacto en el bolsillo.
Al parecer, lo que se manifiesta en algunos casos, las verduras no son un fuerte ni una constante para consumir, ya que para los chicos estos vegetales no implican una golosina, por lo que no encuentran el mejor gusto a la hora de comer, a pesar de brindarles información de cuán importante es alimentarse con verduras.
Huertas familiares
Las primeras en encabezar la lista de las verduras costosas es el tomate y la cebolla que no bajan de los 6 a 12 pesos por kilo. Comerciantes comentaron que para comprar un cajón de 20 kilos del mismo se debe invertir entre 90 a 150 pesos, al igual que los verdeos, remolacha, limones y el zapallo, que hace tiempo que no baja de 5 pesos el kilo.
Frente a esta situación, son varias las familias catamarqueñas de la ciudad que decidieron destinar una porción de su patio o jardín a la siembra de verduras, y así apostar al autoabastecimiento de la familia.
“Si tuviéramos que gastar en frutas y verduras no nos alcanzaría para nada, así que con mi esposa decidimos hacer una huerta hace 2 años, sin saber nada de plantas, pero poco a poco fuimos conociendo diferentes estrategias para tratar la tierra”, indicó Néstor Ochoa, y agregó: “Las ventajas de tener una huerta son varias, pero creo que la fundamental es saber que mis hijos consumen todos los días verduras que son cosechadas naturalmente”.