Según un estudio del economista Daniel Azpiazu de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), los hogares del primer decil (el 10 por ciento más pobre) destinaban hacia fines de la década pasada un 14,5 por ciento de sus ingresos al pago de servicios públicos, lo cual representa más de la cuarta parte de lo que el mismo decil canalizaba hacia el consumo de alimentos y bebidas, de necesidad básica. (Télam)