Los Organismos Internacionales de Crédito son instituciones financieras que conceden préstamos a los países miembros, con el objetivo de fomentar su desarrollo, como así también de resolver problemas coyunturales, como los desequilibrios en la balanza de pagos. Pueden ser globales como es el caso del Banco Mundial (BIRF) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) o regionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Ser país miembro significa, además del derecho de obtener préstamos, el de gozar de ciertos beneficios como el de tener asistencia técnica.
Dichos organismos, desde la salida de la convertibilidad y el default (no pago de la deuda) de la Argentina con sus acreedores privados, no sólo dejaron de prestarle dinero, sino que se convirtieron en cobradores natos.
Debido a ello, los Organismos Multilaterales se han asimilado a un acreedor privado que busca reducir su exposición crediticia, de modo que sería justificable que la Argentina los trate como tales extendiendo el default a ellos también.
En el mundo, son pocos los países en situación de default con Organismos Internacionales. Los cuales se caracterizan por ser extremadamente pobres y hasta en algunos casos de haber padecido importantes conflictos bélicos. Si a estos países se le suma la República Argentina, es probable que suba la prima de riesgo de los bancos internacionales y de firmas extranjeras con vínculos comerciales con nuestro país, produciendo mayores caídas en el financiamiento del comercio internacional, con lo cual no se estaría más que comprando un problema enorme.
{adr}Si en cambio, y bajo un contexto de que no se llegara a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (acuerdo que no estable desembolsos de dinero, sino la reprogramación de los próximos vencimientos de la deuda) sino hasta las próximas elecciones presidenciales (previstas para el 30 de marzo de 2003) y se decidiera a pagar los vencimientos hasta esa fecha, con las reservas del Banco Central de la República Argentina, se tendría que erogar la suma U$S 7.000 millones, que en su mayoría sería con el FMI, y que representa en la actualidad más del 70% de las reservas internacionales.
Con lo cual, y luego de casi 10 meses de arduas negociaciones con el FMI, sin llegar a un acuerdo, el sector privado se apresuraría a comprar dólares antes de que el Banco Central de la República Argentina agote todas sus reservas pagando los vencimientos.
En conclusión, pagar con las reservas los próximos vencimientos de los Organismos Internacionales, sin un acuerdo con el FMI, produciría un agravamiento de la situación económica, por cuanto elevaría el tipo de cambio, trayendo aparejado un aumento en la tasa de inflación y alejando aún más las posibilidades de un acuerdo, debido a que el mismo está condicionado a la búsqueda de un anclaje monetario.