Y pese al negado cepo cambiario, los datos oficiales sobre el movimiento del turismo internacional han comenzado a mostrar cómo en los últimos doce meses ha crecido más el gasto de los argentinos en el resto del mundo que el de los extranjeros que vinieron a disfrutar de los atractivos turísticos y gastronómicos de la Argentina, al punto de tornar el saldo de la balanza de divisas de superavitario a deficitario.
Una medición realizada por el diario La Nación a partir de "una muestra de un poco más de una decena de alimentos, bebidas y artículos de limpieza y tocador de primeras marcas internacionales", detectó que "los precios de los supermercados de la Capital Federal son prácticamente los mismos en dólares que los de los países del primer mundo, con la excepción de los cortes de carne vacuna, que en la Argentina son sensiblemente menores que en los Estados Unidos, Brasil, Gran Bretaña y España".
Según esa fuente, "hoy comprar en un supermercado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ya es tan caro como hacerlo en Nueva York o en Londres", aunque no mucho, visto en valores nominales promedio.
Brecha de ingreso
Sin embargo, la gran brecha que se advierte es en el tiempo de trabajo necesario para poder adquirir por parte de los residentes en los países seleccionados de una idéntica canasta de consumo en comparación con la Argentina.
Una lectura simple consiste en comparar la proporción del ingreso medio de cada país que exige la compra de una canasta específica de alimentos, bebidas, productos de limpieza y de tocador. infobae.com