Economistas, inversores y funcionarios están especialmente preocupados ante la posibilidad de que una suspensión de pagos sobre la deuda neta pública de 259.000 millones de dólares que mantiene Brasil contagie a economías como la de Chile y México, países considerados modelos del libre mercado en la región.
"No estoy diciendo que se vayan a ir a pique, pero se verían afectados", dijo Guillermo Calvo, el economista jefe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).