Esto se debió a que días atrás en una misiva a los inversores de su principal empresa, Elliot, Paul Singer sostuvo que el optimismo sobre el crecimiento de los Estados Unidos deriva de datos que minimizan la inflación, al no considerar el incremento de precios en artículos de consumo propios de la clase alta, como por ejemplo las obras de arte e inmuebles ubicados en Manhattan, Aspen o en
The Hamptons, zonas muy adineradas de los Estados Unidos.
"Pareciera que cada vez que tocan fondo a nivel intelectual, se las arreglan para llegar a nuevas explicaciones, incluso más ridículas, sobre por qué la inflación es supuestamente mayor a lo expresado por las cifras oficiales", inicia el editorial del Washington Post.
"Paul Singer piensa que una inflación al estilo de Weimar podría estar por venir, sólo porque él tiene que abonar más por sus ´estiradas´ casas de vacaciones y por sus obras de arte", continúa.
Y agrega: "Ahora, es verdad que si sos un multimillonario interesado en decorar tu mansión con arte de alta gama, entonces sí, tu tasa de inflación personal es mayor a la de otros. ¡Pero qué mala suerte!. Seguramente podrá manejarlo".
En este marco, el diario señala que "la Fed no está preocupada por el Índice de Precios Multimillonario" sino "está preocupada por la inflación de los bienes que todos manejamos".
Y en tono irónico concluye: "De hecho, sólo porque los súper ricos están pujando al alza los precios de los inmuebles en Los Hamptons, no significa que las personas de clase media, cuyos salarios son planos, vayan a hacer subir el precio de, bueno, cualquier cosa", en relación a sus consumos corrientes.
En el editorial, el diario caracteriza a Singer como "un bonista multimillonario que ha hecho una pequeña parte de su fortuna comprando bonos de países al borde del default, para luego demandarlos con el fin de recibir el pago en su totalidad", a quien sin embargo "con la Argentina, esto no le ha funcionado tan bien".
Fuente: Télam