"A solicitud de la Argentina, y con el respaldo de los países Brics y de Francia, se pudo incluir en la Declaración de los Líderes de 2014 la necesidad de contar con mecanismos justos, equitativos, legales y sustentables para la resolución ordenada de las reestructuraciones de deudas soberanas", sostuvo el canciller Timerman en la apertura del seminario.
Al respecto, añadió que "lo que se reclama es mayor seguridad jurídica y reglas eficaces y transparentes tanto para deudores como para acreedores, que protejan a unos y a otros de los agentes más recalcitrantes del sistema financiero internacional, los fondos buitre, quienes se aprovechan de los vacíos legales que ellos mismos fueron creando en las normativas internacionales y nacionales".
En ese contexto, la Argentina "no dudó en llevar dicho tema también al ámbito de las Naciones Unidas, por ser el espacio universal y más democrático y representativo posible, el espacio natural para la construcción de un orden jurídico internacional justo ante un problema que afecta a la comunidad internacional en su conjunto", señaló.
"La Argentina no ha sido un actor de reparto dentro del G20, sino todo lo contrario: un país que, pese a su tamaño económico relativamente más pequeño frente a las grandes potencias mundiales tanto desarrolladas como emergentes, ha impulsado importantes iniciativas y discusiones representativas de su realidad y sus valores", agregó Timerman.
Por su parte, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, destacó el rol "activo, casi molesto de la Argentina en el G20, por ejemplo al instalar temas como el de los fondos buitre".
Tomada, además, manifestó su preocupación por el crecimiento de la pobreza en países de Europa, y destacó el rol de un Estado autónomo para luchar contra la desigualdad, y que redunde en beneficio de una mejora de la distribución del ingreso.
"La desigualdad y el desempleo ponen en riesgo a las democracias", dijo Tomada, y rescató que la "crisis financiera del 2008 haya puesto al empleo como un tema mundial de preocupación".
Para el ministro, el "G-20 comenzó siendo un ámbito de finanzas y con el tiempo se expandió a otros temas que antes se trataban aisladamente en organismos especializados", sostuvo el ministro.
"Estamos convencidos de que el trabajo sigue siendo la llave para terminar con la desigualdad, y no casualmente este año propusimos crear un grupo sobre desigualdad y distribución del ingreso", destacó Tomada.
Finalmente, Vanoli afirmó que "no se puede ahorcar a los países", y reiteró la necesidad de "terminar con el sobreendeudamiento", para lo cual es indispensable un "Estado fuerte que controle a los especuladores".
"Hasta el 2008 el G20 era una instancia para ver de qué manera se podían generar procesos de mayor liberalización económica y financiera", afirmó el presidente del BCRA.
Fuente: Télam