El relato de Miguel Llao, dueño de un comercio dedicado a la informática, pone de manifiesto el "estado de paranoia general" en el que quedan envueltos algunos comerciantes, presionados por sus propios proveedores, que remarcan precios afectando directamente al resto de la cadena de valor.
"En vez de comprar cosas y venderlas, compran billetes porque es más cómodo que distribuir, manufacturar y dar valor agregado"
"Hay clientes que vienen desde lejos por reparaciones. Nosotros les explicábamos ´mirá, esto subió ahora, no puedo dártelo fiado, salvo que después ajustemos el precio si sube el dólar mucho más´ y los clientes me decían, ´no, te pago ahora, antes que suba más´. O sea acá lo que hay es paranoia en ambos lados", relató.
En diálogo con Télam, Llao consideró que el dólar oficial fijado por el Gobierno Nacional le genera "certidumbre" porque "era el escalón que ya el tiempo imponía; ahora todo se serenará por un tiempo y podremos trabajar tranquilos. Ojalá todo sea sensato y sin orgullos caprichosos por delante".
Llao, que se dedica al rubro de la informática desde 1976, considera que quienes especulan y atesoran en dólares forman parte de "una vagancia institucionalizada" porque "en vez de comprar cosas y venderlas, compran billetes porque es más cómodo que distribuir, manufacturar y dar valor agregado. A mí no se me ocurriría hacer todo en dólares y sentarme en el café a esperar".
Arrepentido por haber remarcado sus precios, Llao tuvo que desembolsar casi 10.000 pesos en reintegros a sus clientes, una actitud que desconoce si tuvo su réplica entre sus pares; aunque explicó que en Salta "todo se maneja por las grandes cadenas de retail, y ellos tienen información de primera agua, o sino la crean y se hace una burbuja".
Sus clientes recibieron su llamado con "incredulidad, porque creían que era una broma, una promoción o un sorteo, y no entendían. Pero yo les dije que no estaba devolviendo plata, sino confianza, la que ellos mismos me brindaron antes. Algunos vinieron rápido, pero muchos dijeron que lo dejara ahí, que cuando necesitaban algo regresarían".
"Hubo dos amigos clientes que dijeron que teníamos que hacer una campaña o una donación. Así que debo ver las implicancias burocráticas de hacer algo así, que sería lindo, porque es como que se genera una oleada de transparencia y solidaridad, a partir de un error involuntario", concluyó.
Fuente: Télam