En su inicio tuvo 1.800 empleados y 91 sucursales distribuidas en Capital Federal, Gran Buenos Aires y 16 provincias del país.
En 2001 los bancos argentinos atravesaron una crisis de liquidez luego de perder casi el 25 por ciento de los depósitos y quedar al borde de la insolvencia.
El 18 de abril de 2002 el Scotiabank fue contagiado por la situación bancaria por lo que el Banco Central dispuso la suspensión de la entidad por 30 días, aunque algunas de sus sucursales seguían funcionando de forma limitada.
La casa matriz del Scotiabank, la canadiense Bank of Nova Scotia, se negó a capitalizar a la entidad, lo que llevó al Central a suspenderlo ante la imposibilidad de la filial argentina de hacer frente a sus compromisos.
El Scotiabank presentó finalmente al Central un plan de venta que le permitiría devolver la mayoría de los depósitos y pagar sus deudas.
(Télam)