El Gobierno declaró jornada de luto nacional y todos los diarios rinden hoy homenaje al difunto líder del Partido de los Patriotas Demócratas Unificado y coordinador de la plataforma de izquierda Frente Popular.
Luego de dos días de serios enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad y de la caída del gobierno, los partidos de la oposición, primero, y la Unión General de Trabajadores Tunecinos (UGTT), después, convocaron a una huelga general en coincidencia con el entierro hoy de Bel Aid.
Bancos, comercios, supermercados, bares y restaurantes cerraron sus puertas siguiendo la convocatoria, en tanto el transporte casi no funciona por lo que la parálisis del país es casi absoluta.
Así, bancos, comercios, supermercados, bares y restaurantes cerraron sus puertas siguiendo la convocatoria, en tanto el transporte casi no funciona por lo que la parálisis del país es casi absoluta.
La principal central sindical del país acusó al Gobierno de la "propagación de la violencia política y social" en el país y consideró el de Bel Aid como el primer asesinato político de la transición tunecina.
Mientras tanto, el ministro de Interior, Ali Laridi, llamó a la calma y aseguró en la televisión pública que la Policía "está en estado de alerta", según informa la agencia de noticias EFE.
Desde el miércoles se llevaron a cabo protestas en más de una decena de ciudades en todo el país, incluida la capital y en muchas de ellas las protestas derivaron en enfrentamientos entre los agentes antidisturbios y los participantes.
Paralelamente, la televisión estatal realizó una amplia cobertura del sepelio de Bel Aid, cuyo cuerpo fue trasladado a la Casa de la Cultura del barrio en el que nació (Yebel Yulud).
Personalidades políticas, sindicales y de la cultura, así como miles de ciudadanos, se concentraron en los alrededores del lugar entre gritos de condena al asesinato y de peticiones para que dimita el Gobierno, al que la oposición y la UGTT responsabilizan de la violencia política.
Los accesos al Parlamento, a la sede del Ministerio de Interior y los de algunas embajadas como la francesa fueron cerrados, así como en la sede de la Asamblea Nacional Constituyente y en la de Interior se reforzó la alambrada de seguridad que los rodea.
En el centro de la ciudad se multiplicó la presencia de los cuerpos de seguridad por temor a que vuelvan a producirse enfrentamientos con la Policía.
Mientras tanto, continúa la incertidumbre sobre la formación de un nuevo Gobierno prometido por el primer ministro, Hamadi Yabali, y rechazado por todo el arco político tunecino.
Cerca de 50 diputados opositores anunciaron ayer que suspendían temporalmente su representación y se retiraron de la sesión extraordinaria que celebraba la Asamblea Nacional Constituyente, convocada para discutir la crisis.
Según dijo a la agencia estatal TAP el diputado Al Munyi al Rajui, del Bloque Democrático, su retirada responde a que la Asamblea se encuentra dominada por la "lógica de la mayoría" y porque trascendió las funciones para la que fue elegida.
Por su parte, el Comité Ejecutivo del principal partido de la alianza gubernamental, Ennahda, continúa sus deliberaciones tras mostrar su rechazo a la propuesta de Yabali (miembro de esa fuerza política) de formar un Gobierno de tecnócratas para celebrar elecciones lo antes posible.
Según los dirigentes del partido, que insistieron en que no creen que un gobierno tecnócrata sea la solución para salir de la crisis, Yabali no consultó ni con la agrupación ni con sus socios políticos en el Ejecutivo antes de lanzar su iniciativa la noche del miércoles en un discurso a la nación.
Fuente: Télam