Mediante este proyecto se busca fortalecer los aprendizajes de los estudiantes que ingresan y promover su permanencia en sus carreras en los primeros años de la formación. De esta manera, se pretende reducir la brecha entre la cantidad de alumnos que ingresan y los que egresan. También se apunta a fortalecer las competencias de los estudiantes en materia del uso de las tecnologías de la información y la comunicación con fines didácticos.
La licenciada De León entendió que “es fundamental tener una mirada de inclusión social” hacia estos estudiantes que optaron por la carrera docente y merecen acceder a “una salida laborar digna y no estar dependiendo siempre de un programa social o una beca”.
CÓMO FUNCIONARÁ
El proyecto será implementado a través de docentes y alumnos tutores quienes tendrán la función de “apoyar el recorrido del proceso de aprendizaje de los alumnos del primer y segundo año”, explicó la profesora de León.
En cuanto a los alumnos tutores, De León explicó que además de tener un buen rendimiento en sus respectivas materias, también deberán tener un perfil de solidaridad, compañerismo y compromiso con sus pares.
Cada alumno tutor se encargará de orientar a sus compañeros sobre los respectivos planes de estudios, la modalidad y requisitos para realizar diversos trámites y advertir si hay un alumno que tiene dificultades para continuar con sus actividades educativas.
En tanto, los bedeles tendrán la misión de determinar cuáles son los alumnos que reúnen el perfil necesario para cumplir la función de tutores en sus respectivos cursos. El Centro de Estudiantes también participará del proceso de selección de los alumnos tutores.
Cada tutor elevará planillas de avance al equipo del Proyecto sobre “cómo los alumnos van avanzando y sorteando dificultades. Además están previstos trabajos individuales y grupales con todo el equipo de gestión del proyecto”, indicó la docente.
A través de esta iniciativa también está previsto brindar capacitación a los alumnos sobre cómo superar el miedo a los exámenes y técnicas de redacción de informes y de sus respectivas tesis.
De León anticipó que si bien en estos dos primeros años se pretende sostener la matrícula del Instituto, luego se empezará a trabajar para “buscar la excelencia académica”.
“Es decir, que los docentes que egresen de este profesorado, surjan con herramientas y elementos para este mundo del conocimiento que estamos viviendo”, añadió.
Cada docente tutor estará a disposición algunos días de la semana para hablar y atender a los alumnos en los momentos en los que ellos lo necesiten y los tutores pares estarán junto al resto de los estudiantes en sus aulas.
El proyecto también se ejecutará con el apoyo de las aulas virtuales del Instituto a través de las cuales se podrán recibir consultas y atender diversas inquietudes.
Habrá un docente tutor por carrera y dos alumnos tutores por cada curso en el primer y segundo año de cada profesorado. Los tutores serán capacitados en febrero del próximo año.
El profesor Ordoñez manifestó que a través de estas acciones se pretende “armar una organización que trascienda al tiempo del proyecto y que se institucionalice y sirva a estos objetivos”.
La ventaja del alumno tutor es que “convive a diario con el resto de los estudiantes y tiene el respeto y la confianza de sus pares”, dijo Ordoñez.
“Esto permitiría que muchas veces, el resto del alumnado confíe y les cuente cosas que podría no hacer con el docente tutor por una cuestión de respeto o de distancia”, agregó.
MOTIVOS DE LA DESERCIÓN
Por su parte, Folledo sostuvo que luego de investigar se advirtió que el problema de la deserción no solo se debe a motivos vocacionales, sino que “hay problemas de tipo económico” como la falta de recursos para traslado o para adquirir los apuntes.
“Es decir, que mediante este proyecto no solo apuntamos a dar una solución a la permanencia de la matrícula, sino una real solución a los problemas sociales de nuestros alumnos”.
Y a través de los alumnos tutores se trabajará para generar diversas actividades “para suplir estas carencias, como es el caso de los apuntes”, añadió la licenciada De León.
La profesional comentó que el Instituto “Sánchez Barros” investiga las causas de la deserción de sus alumnos desde 1995. A partir de estos estudios se establecieron distintas estrategias, como la creación de una guardería denominada “Hogar Nido” destinada a los hijos de los alumnos y docentes. Otra medida fue la creación del aula virtual que permite que los estudiantes accedan a las herramientas informáticas para elaborar sus trabajos a muy bajo costo.
El Plan de Mejora también les “brindó un espacio para aprender a realizar sus presentaciones en Power Point, cómo exponer ante un determinado auditorio y otras herramientas que hacen a la formación docente. Es decir, que nos fuimos acomodando a las demandas de la nueva sociedad”, subrayó la docente.
UNA EXPERIENCIA INNOVADORA
“En este marco, el ISFD “Albino Sánchez Barros a través de este grupo de docentes elaboró este proyecto que surge como una idea innovadora en La Rioja, porque ya fue implementado en Mendoza”, indicó.
Sobre este punto, De León aclaró que las características centrales del Proyecto fueron elaboradas en base a los resultados de las experiencias del grupo de docentes riojanos que lo tendrá a cargo.
OBJETIVOS
El proyecto apunta a contribuir a la trayectoria formativa y la permanencia de los estudiantes del instituto desarrollando acciones de acompañamiento de carácter institucional.
El proyecto establece la necesidad de respetar la individualidad y el ritmo propio de desarrollo de cada uno de nuestros estudiantes y la permanente búsqueda de la calidad , resaltando al máximo el potencial de cada estudiante.
Otros fines son fortalecer el sentido ético reforzando todos los valores propios de la concepción del ser humano en su totalidad, y educar creando los espacios necesarios para fortalecer los vínculos en un clima de diálogo, cooperación y solidaridad. (El Independiente)
