La educación secundaria argentina nació a principios del siglo XX, a imagen y semejanza de los liceos franceses. "La idea era que era para las clases medias que iban a ir a la universidad. No se suponía que en dos horas de Biología el chico iba a aprender Biología. Lo que se suponía es que ahí iba a saber si quería ser médico, farmacéutico, o si no, si le gustaba más la rama de las Humanidades", explicó el intelectual.
El problema radica en que, en ese momento, "esa escuela tenía un 6% de los chicos" del total de la población adolescente, mientras que hoy "entra el 85%".
Frente a esto, Iaies propone el "sistema de Maryland". "A diferencia de la Argentina, donde hoy un chico cursa entre 11 y 18 materias por semana (...), un chico (en Maryland) tiene siete materias, entonces tiene una cantidad razonable de profesores con los cuales tiene un tiempo en el que se pueden dedicar a discutir algún tema, y no este ´zapping curricular´ en el cual entró uno y se fue el otro", comparó.
"¿Cuál es la consecuencia de esta idea? No hay manera de profundizar el conocimiento", se explayó.
Así, un docente cuenta con una hora reloj semanal para explicar un tema y otra para tomarlo. "Si todas las materias son de una hora de lección y una de clases, para los chicos eso tiene muy poco interés y el nivel de fracaso que tenemos es enorme", opinó.
En Maryland, los alumnos cuentan con siete materias: Matemática, Lengua, Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, Informática, Arte y Educación Física. Cada una, a su vez, está dividida en estratos (A, B, C y D), para que los alumnos acudan a las clases de acuerdo a su nivel. Pueden acudir a una asignatura en A y a otra en B, por ejemplo.
Además, agregó Iaies, "el aula no es de los chicos, es del profesor. Los chicos van siempre a su aula. Ahí hay una ecuación de poder que te dice claramente ´aquí hay un señor profesor que es el que sabe y vos vas a su aula a aprender´".
Por otra parte, el especialista criticó la cantidad de alumnos con los que cuenta cada profesor, que lo lleva a no conocer "quién es quién".
"A mí me parece que o nosotros pensamos una estructura donde haya tiempo de estudiar en serio y haya relaciones con los chicos en serio (...) y no esta idea del ´zapping de profesores´ que pasen uno detrás del otro. Nos tendríamos que preguntar por qué se nos cae la mitad de los chicos", opinó.
En ese sentido, sostuvo que no se trata de "bajar la exigencia". "Es pensar en qué nos pasa que cada año 250 mil chicos se nos caen de la escuela", finalizó. (Infobae)