Mientras tanto, las escuelas reservaron los asientos de sus alumnos, tanto en el año que cursó cada estudiante como en el que le falta aprobar. Y algunos chicos están anotados en dos o tres instituciones por las dudas. Pero el miércoles se resolverán todas las incógnitas, cuando termine el período de exámenes y los cursos queden definitivamente conformados; de todos modos, habrá escuelas con cuatro días de evaluación por la gran cantidad de alumnos que rinden en esos establecimientos.
Un esfuerzo titánico
La directora de Enseñanza Media, Silvia Núñez de Laks, es optimista sobre los resultados. En 86 escuelas, equipos especiales enmarcados en el Plan de Mejora Institucional prepararon a los alumnos durante las vacaciones. Si bien reconoce que hay un 6,5% de alumnos en riesgo de repitencia confía en que esos niveles seguirán bajando (entre 2008 y 2010 los índices descendieron 2 %), consignó.
"Es interesante ver la diversidad de estrategias que utilizaron los profesores con sus alumnos, desde simulacros de examen, pasando por la confección de cartillas, horas de apoyo en contraturno y en algunos casos se utilizaron el laboratorio de informática y las netbooks. Con todo esto los chicos se sienten en mejores condiciones y con más confianza a la hora de presentarse a rendir", remarcó.
Un recorrido de LA GACETA por las escuelas de Comercio IV, de barrio Oeste II, Domingo Savio y el Instituto Tucumán, entre otros, permitió corroborar que las clases de apoyo se dieron en todos los establecimientos, aunque con diferente repercusión por parte de los alumnos. "Los más chicos (de 1º a 3º año) fueron los que mejor respondieron a las clases de apoyo porque tuvieron un mayor acompañamiento por parte de sus padres", advirtió la vicedirectora del turno tarde de la escuela Comercio IV, Susana Iriarte.
Sin embargo, la suspensión de actividades provocó no pocos inconvenientes en todos los establecimientos. El colegio Pablo Apóstol preparó charlas especiales y la proyección de películas para los chicos que no tenían que rendir. Pero en la inmensa mayoría de las escuelas cundieron las horas libres. "Sufrimos una diáspora de profesores que deben tomar examen en distintos colegios", reconoció el rector Alberto Claps.
A pesar del esfuerzo de los profesores, muchos padres no creyeron en sus hijos. "¿Pero usted piensa que va a aprobar seis materias si se lleva ocho?", le dijo una madre de la docente Susana Iriarte, que trataba de convencerla de que enviara a su hijo a las clases de apoyo.
"El objetivo no es dar más facilidades, sino que el alumno aprenda, y a veces le hace falta más tiempo para lograrlo", explica Silvia de Laks.
"Pero cuando es repitente seguro que le cuesta más porque tiene que cambiar de curso, de compañeros y, a veces, de escuela. Creo que los alumnos valoran este acompañamiento de la escuela", confía.
Fuente: lagaceta.com.ar