Acosta argumentó que impulsó esta iniciativa "en virtud de que estamos frente al sostenido y paulatino deterioro de un testimonio histórico, como lo es el edificio del trascendental Colegio Nacional Fidel Mardoqueo Castro", y señaló que "se ha constatado el estado ruinoso de distintas dependencias que reclaman urgente atención por parte de las autoridades competentes, ya que de profundizarse las averías los daños que se producirán serán irreparables".
Describió que tal es el estado de descomposición edilicia que "la sala prevista para el resguardo de libros, que datan desde el siglo XVII, evidencia el deterioro producto del descuido que pone en serio riesgo estas obras, que son tan invaluables como irrecuperables".