(DIARIOC, 16/09/2009) Si se le hubiera ocurrido tomar otro camino, hoy podría estar festejando su jubilación como empleado de Epec, o el fin de una carrera de futbolista que empezó en Bellavista ("Jugaba de 9, como suplente de ‘el Loco’ Saldaña", evoca) o, incluso, despidiéndose de una vida como aviador civil en fumigaciones en el sur. Pero Carlos Jiménez, a los 16, empezó a cantar y decidió que eso era lo que quería hacer en adelante. Y era excluyente.
Así que dejó a su mamá con las ganas de que entrara en la empresa eléctrica, abandonó el fútbol para siempre y dejó sus clases de aviación en la Escuela Sarmiento. "Para pilotear un micrófono", como aclara, sentado en su casa, de impecable remera y saco brillante. Esa decisión que tomó cuando era "apenas un purrete" es la que definió que este fin de semana festeje 42 años como cantante.
Fuente/ lavoz.com.ar