Por ese entonces, Andrés Calamaro estuvo en gira por Chile hacía apenas unos días atrás; la misma comenzó el 7 de diciembre en Concepción, luego se presentó en Talca el jueves 9 y la gira llegó a su fin el 11 de diciembre cuando dijo presente en “Abrazo 2010”, en el que tocó ante 70 mil personas.
Desde el comienzo todo estaba estipulado para que viajase el cantante junto a su banda, y equipo técnico obviamente, que sumaban en total 23 personas. Pero a último minuto, alguien avisó a los encargados de la gira de Calamaro en el país de la cueca que viajaba una persona más, lo que produjo inconvenientes porque no estaba dentro del “paquete” original. Pero lo que más llamó la atención fue que allegados a Andrés avisaron que ellos se hacían cargo de esta persona extra, aunque pidieron que se incluyera a esa persona en los viáticos.
Todos se alojaron en el hotel Sonesta que pertenece al Casino de Concepción. Como es costumbre, cuando los músicos llegan al hotel se les entrega siempre un sobre a cada uno del staff con su llave de habitación, los viáticos y una hoja impresa con las habitaciones del grupo. Pero, los productores encargados de la gira se habrían encontrado con un grave problema ya que desde el entorno de Andrés les habrían comunicado que había que sacar de esa información impresa a la última persona que se incluyó en el viaje, ya que sería “La chica de Calamaro” y no debía aparecer.
La chica en cuestión no era una chilena, sino una argentina: Micaela Breque de 23 años. Para más datos, Micaela fue tapa de la revista Playboy en su edición de octubre 2008 y llegó a la versión argentina de la famosa revista del conejito a través de la producción Hot Facebook; y logró quedar entre las cinco protagonistas de la portada.
Cierto es que pese a la desmentida y a los rumores de romance de Cardinali con un director español, la semana pasada se produjo un nuevo encuentro entre la actriz y el cantante.
Fue exactamente el viernes al mediodía y en un restaurante bastante coqueto. La pareja almorzó en Kansas de Palermo/Cañitas.
Llegaron y se fueron solos. Charlaron mucho y compartieron sonrisas cómplices, lo que marca a las claras que la cosa entre ambos, al menos, empieza a mejorar. ¡Nos alegramos por el bien de la familia! (Primicias Ya)
