Según consigna en su edición de hoy el diario El País, mientras la policía intentaba localizar al doctor particular que asistía al cantante y que supuestamente le proporcionó una inyección de Demerol -narcótico sintético similar a la morfina- poco antes de su paro cardiaco, algunas fuentes daban a Conrad Robert Murray en paradero desconocido.
La policía confirmó que el vehículo del médico había sido confiscado para su registro, con el objetivo de verificar si llevaba sustancias relacionadas con la muerte de Jackson, aunque las mismas fuentes negaron que Murray se haya dado a la fuga e informaron que tuvieron la oportunidad de hablar con él nada más conocida la muerte del cantante.
El posible consumo de narcóticos por parte del rey del pop es la principal duda que tendrá que aclarar la autopsia del rey del pop pero como indicó Lakshmanan Sathyavagiswaran, encargado de la misma (y que fuera testigo clave en el juicio por asesinato contra el ex jugador de fútbol O. J. Simpson), la incógnita quedará sin respuesta durante varias semanas.
Según mencionan diversas fuentes, Joe Jackson, padre del intérprete de Morphine, quería que su hijo ingresara voluntariamente en una clínica de desintoxicación en Palmdale (California) ante lo que consideraba un fuerte consumo de morfina en preparación de la gira mundial que el cantante tenía prevista para el próximo mes.
Pero por el momento todo son conjeturas porque la familia Jackson está recluida en la mansión familiar, en el barrio residencial de Encino, en la parte más lujosa del valle de Los Ángeles, sin hacer ninguna otra declaración en público.
Otras informaciones conflictivas hacen referencia al futuro de esa gira que tenía todas las entradas agotadas y que aumentará los problemas económicos que deja el legado de Jackson. O el futuro de sus hijos, en especial de los dos mayores, París y Michael Jr., sobre los que su madre biológica, Debbie Rowe, podría reclamar su custodia.