Monteiro, quien también era actor, había estudiado cine en Londres y dirigió, entre otras películas, "La comedia de Dios" (1995), un filme erótico en el cual el dueño de una heladería aparece obsesionado por una mujer que trabaja bajo sus órdenes.
Su última realización, particularmente controvertida, fue "Blanca de nieve", un filme en el que 75 minutos transcurren en una pantalla oscura, sólo salpicada por la aparición de algunas imágenes.