"Se me metió algo en el ojo", bromeó el artista entre lágrimas y envuelto con una bandera venezolana, ante los más de 8.000 caraqueños que asistieron al recital y le corearon "¡sí, se pudo!".
Hacía seis años que el madrileño no pisaba los escenarios venezolanos, después de que en 2007 fueran suspendidos dos de sus conciertos en Caracas, en medio de una serie de polémicas con el mandatario del país caribeño.
"No importa lo que pasa, porque todos saben lo que ha pasado, pero en mi corazón ustedes tienen un sitio privilegiado", dijo, emocionado, el cantante, quien ha criticado en distintas ocasiones al presidente venezolano.
"No me importan los partidos políticos, no me importa nada de eso. Les quiero a ustedes", añadió. (La Tercera)