Según el relato de los asistentes del estadio, la hija de Diego llegó sonriente a su ubicación pero la sonrisa se borró rápidamente cuando notó que estaba situada justo detrás de la “familia de Ezeiza”.
Para evitar problemas y en especial una posible tapa de revista con prensa negativa en tiempos de exitismo, Dalma decidió refugiarse en su capa y evadió la situación. En tanto, Ojeda optó por mantener su mirada en su teléfono celular mientras la actual suegra del director técnico sonreía con muchos nervios.
Fuente: minutouno.com.ar