"Esta obra constituye una transgresión a la grandiosidad de Shakespeare y me pareció que me servía para una especie de desmitificaicón de todas las cosas que se mitifican, ya que el general romano Coriolano es, al mismo tiempo, cobarde, valiente, revolucionario, reaccionario, político y poeta y genera toda una humildad humana", definió Eduardo Pavlovsky en diálogo con Télam.