La gala número 35 del ciclo consagró a otros seis finalistas: Verónica Llauger, Los Campedrinos, Ana Martín, Luciano Pelayes, Diego Araujo y Cecilia Petroccelli, gracias al criterio del jurado compuesto por Valeria Lynch, Patricia Sosa, Alejandro Lerner y Oscar Mediavilla.
Roque Narvaja sorprendió a Julio Irigoyen, un hombre de 50 años que vive en Almagro y que alguna vez audicionó ante Valeria Lynch. Éste entonó “Santa Lucía” y recibió una corrección de la maestra: "Bien, pero creo que no es un tema para vos porque te he oído cantar otras cosas". Luego, mientras realizaba un bis con dichos ajustes, Roque apareció para comenzar una noche mágica. Narvaja pidió la guitarra y entonó “Yo quería ser mayor” para desatar la nostalgia en el público.
Diego Araujo, dueño de una guardería canina en La Tablada, había abierto el show con "Hoy tengo ganas de ti" (Ricardo Montaner). “¿Vos estudiás canto? ¿No? Qué te tiró de las patas…”, dijo Patricia Sosa. Sin anestesia, la producción le puso adelante a la diva del rock a Verónica Llauger, una comerciante de Liniers de 29 años que vocalizó “What´s going on” (4 non blondes) con maestría. El juvenil dúo “Los Campedrinos” integrado por Agustín Fantili y Sergio Prada homenajeó “A don Ata”. Con un aura misteriosa la maquilladora Ana Martín, sobrina de la cantante Alejandra Martín, se plantó en el escenario con sensualidad y delicadeza (“Moja mi corazón”, Marta Sánchez) como prólogo de una actuación sin precedentes. La de Cecilia Petrocelli que demostró su vigencia a los 54 con “Honrar la vida”, de Marilina Ross. Antes, sedujo a Iúdica con piropos (“Sos muy lindo y encima ese perfume…”) pero no logró sacar de su eje al conductor -aunque desfiló-.
UN DIAMANTE EN BRUTO DE PERGAMINO
Alentado por una gran hinchada de Pergamino, Luciano Pelayes recordó aquel soundtrack de Herederos (“Volver”, Ricardo Montaner) que conmovió al país. Lynch no paró de gritar lo maravillada que estaba de su talento con el niño de 19 años. “¿Por qué no estudiás canto? Empezá mañana mismo. Es muy difícil de cantar y lo hiciste super bien” (Mediavilla) “Tenés el don y tenés que tratar que no te abandone. Yo estudié desde 1984 hasta hoy para eso” (Patricia) “Cuando hay tanto talento, muchas veces la parte económica limita. Yo te voy a becar en mi escuela” (Valeria). “Soy felíz, esto es lo que me gusta hacer”, se despidió el bonaerense.
CANTAN LOS OLÍMPICOS, ¡DALE!
El entrenador del equipo de handball que competirá en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, Guillermo Milano cantó “Carito”, de León Gieco. Vino acompañado por jugadores de voleibol (De Cecco, Quiroga y Crer) y otros atletas como Germán Chiaraviglio y Jennifer Dahlgren. El público relució banderas nacionales deseándole suerte a los atletas que nos representarán en Inglaterra y apoyando al DT. A Milano lo sorprendieron Paula Paretto y Juan Curuchet con sus medallas de oro de Beijing. ¿Será una premonición?
Desde Trenque Lauquen, viajó Agustina Camerlinckx una ama de casa hermana de Pablo, jugador de Los Pumas, y de otros 13 hermanos (“Todo me recuerda a ti”, Sandra Mihanovich). La participante recordó que una canción de Patricia Sanó heridas y Sosa le agradeció su mención: “Es lo más noble que puede pasarle a un artista”.
CON LA VARA MUY ALTA
De entrada, el jurado advirtió que se trataba de uno de esos programas en el que el nivel de los aspirantes es muy elevado. Gustavo y Ezequiel Caballero, padre e hijo, conmovieron a todo Glew interpretando “El fantasma de Canterville” (León Gieco). Gustavo volvía a un escenario después de haber sobrevivido a un accidente con su banda hace años atrás. “Sólo me importa tocar con mi hijo”, señaló con lágrimas en los ojos al tiempo que le dedicaba la canción a sus ex compañeros. No fue la única sorpresa, ya que un chef que integró el coro del Teatro Colón, Walter Sabarese (“Un amore cosi´ grande, Il Volo) la rompió. El hombre de Miramar convenció a Lerner: “Te la creías como si estuvieras en el Coliseo. Fue una gran interpretación”. El artista no vidente Jorge Pantaleón Villagra se superó a si mismo una vez más y después de atravesar un exigente casting eligió como repertorio “Dejame llorar, de Montaner) y a continuación, el técnico químico Germán Bambach demostró que no es supersticioso y aceptó ser el décimo tercero en cantar. Escogió “Amapola”, de Plácido Domingo, ante su pequeño hijo. “Lo primero que me dijo Oscar es que no estudió. Pero está bien, si viene así de fábrica, imaginate si hubiera estudiado”, especuló Sosa. También participaron –aunque sin la misma suerte- Magalí Martínez Torre (“Beat it”, Michael Jackson) y Daiana Ramírez (18 años, “Rolling in the deep”, de Adele). (CREDITO FOTOS: ALEJANDRO FIORE)
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