El actor -que veraneó durante años en Marbella- y su mujer figuran entre los siete nuevos imputados en una causa en la que ya había otros 21 imputados.
El juzgado investiga la venta de la finca Casa Malibú, que fue propiedad de Connery, donde se levantó un complejo de apartamentos de lujo en primera línea de playa.
El escocés compró la finca en los setenta y la vendió en US$9 millones -28 años después- a través de la inmobiliaria británica Knight Frank. La propiedad tenía una residencia principal, tres para invitados, piscina y jardines.
El complejo que hoy se sitúa ahí es ilegal porque se ha construido más de lo permitido. Para regularizarlo, se requiere que los propietarios de los apartamentos o el promotor del complejo aporten 5.093 metros cuadrados para áreas libres (parques y jardines). Estos departamentos, varios de ellos a la venta, cuestan entre US$1,4 y 2,2 millones.
OTROS PROBLEMAS CON LA LEY
Connery antes fue citado en marzo de 2009 por un tribunal de Ginebra para explicar la venta de unos diamantes y villas en la Riviera francesa. La relación del actor, iniciada hace 30 años, con el inversionista inmobiliario Franco-suizo Jean-René fue lo que implicó a Connery en este caso.
Este le hizo un préstamo en 1972 a Jean-René de US$4 millones para invertirlo en inmobiliarias en la Costa Azul. A cambio, recibió como garantía títulos de propiedad y joyas por ocho millones de euros, aunque el actor terminó vendiendo esos bienes. El hijo del promotor inmobiliario –que murió en 2002- reclamó judicialmente a Connery la devolución de los dividendos ganados con esta garantía. (El Comercio. Pe)
Fuente: Primicias Ya