Sin embargo, los quince minutos de fama que tuvo son suficientes para que la gente la reconozca en la calle y le saque fotos para las que Lobato posa divertida, al estilo de la vieja publicidad de Susana Giménez en la que decía “¡Shock!”.
Más allá de todo, la travesti está mucho mejor de salud que hace seis meses, cuando debió ser internada de urgencia en el hospital Ramos Mejía por una descompensación psiquiátrica, ya que había dejado de tomar su medicación por varios días.
Ahora, está equilibrada con antidepresivos y distintos psicofármacos porque sufría de estrés, insomnio y depresión. Sus hermanas Susana y Beatriz son fundamentales en el proceso ya que la visitan todos los días y la obligan a ir al psiquiatra semanalmente.
Sólo resta ver si, con el tiempo, Lobato vuelve a un estudio de televisión, a los flashes y se sube, finalmente, a las tablas.
Fuente: minutouno.com.ar