En su aniversario número 30, el Rojas llega renovado, aunque con la misma impronta de siempre: "Puertas adentro se reformularon las áreas artí­sticas con el horizonte de otorgar el dinamismo que reclama el cruce contemporáneo de estéticas y sensibilidades", explicó a Télam Cecilia Vázquez, coordinadora general de Cultura de la UBA y directora del centro cultural.
Por otra parte, las tecnologí­as digitales tampoco las dejaron de lado, "con una nueva manera de vivir experiencias educativas y artí­sticas".
Para ello, se implementó el Sistema Informático de Gestión que agilizará trámites de inscripción, la compra de entradas online y la posibilidad de compartir información, con la proyección futura de convertirse en un espacio de aprendizaje virtual con la modalidad e-learning.
"En definitiva apuestas que representan una forma de construir un proyecto cultural que parte de las premisas de excelencia, pluralistas y horizontales que basa el trabajo cotidiano de una universidad pública", resumió la directora del espacio cultural ubicado en la avenida Corrientes 2038.
El Rojas se apoya sobre dos bastiones fundamentales: eventos y espectáculos de los más diversos, y los cursos que son parte "de un sistema de educación no formal de la universidad" -cada cuatrimestre hay más de 900 propuestas-, por los que ya pasaron más de 30 mil estudiantes.
Desde este lugar, indicó la responsable del Centro Cultural, "nos posicionamos como un puente entre la UBA y la comunidad. Somos conscientes de que en este espacio se puede trabajar con nuevas herramientas: así­ pusimos en práctica una serie de actividades que pretenden comprender a la cultura como parte de la denominada 'cultura sostenible'".
Sobre su génesis, señaló Vázquez, "el Rojas es creado por la Universidad de Buenos Aires, con la vuelta de la democracia a fin de ser un espacio de expresión, experimentación y pensamiento, con protagonistas universitarios y culturales del under porteño, siempre con un espí­ritu festivo y sin censuras".
Durante la década del 80, el Centro Cultural Rojas supo ser semillero de la vanguardia artí­stica, con una apertura por fuera de los márgenes establecidos, que incluyó el apoyo a todos los segmentos del arte, como a los grupos Batato Barea, Las Gambas al ajillo y Los Macocos.
En ese entonces, recordó también Vázquez, "se instalaron los cursos de enseñanza no formal del centro, en un momento en que no existí­an ofertas de capacitación artí­stica de calidad. Con el paso del tiempo y el crecimiento constante en la oferta de cursos los mismos se constituyeron en un modelo de inserción en la comunidad".
Un tiempo más tarde, en los 90, "las Artes Visuales y Escénicas funcionaron como un faro de tendencias en la ciudad desarrollando un estilo inconfundible en la estética predominante de la década".
Y ya entrado el nuevo siglo "prolongó el compromiso con la sociedad de ser un espacio de la Universidad Pública abierto a la comunidad, y extendió sus fronteras a través de programas de cooperación con otras instituciones", repasó su directora.
A 30 años de su nacimiento, "inclusión y riesgo artí­stico sintetizan el espí­ritu" del Rojas, un espí­ritu que viene acompañando todo este recorrido institucional de experimentación de ideas.
"Otra de las patas fundamentales del centro es la solidaridad de una universidad atenta a las necesidades de su comunidad", aseguró Vázquez.
Y sobre esto da testimonio su papel vanguardista en materia de arte, su rol pionero en la formación de adultos mayores; sus cursos para capacitación laboral y ahora en este mes de celebraciones su nuevo perfil en el que no sólo propone, como siempre, una intensa programación de actividades, sino que se expande hacia otras instituciones universitarias.
Es que el Rojas entiende a la cultura "como un recurso de crecimiento, información, de transmisión y de comunicación, y para desarrollarse necesita apoyarse y promover los recursos humanos, económicos y estructurales", definió Vázquez.
En este sentido, resumió, "apoyamos la creatividad artí­stica y la educación no formal buscando un plus que permita a las nuevas camadas de artistas y formadores una mayor y mejor inserción en el circuito cultural. Esta dinámica es propia de nuestro centro cultural, un espacio plural, dinámico, y abierto".
Fuente: Télam
