La tragedia apagó la vida de Simón Marcial Ovando, de 23 años, mendocino, quien junto a su esposa e hijo se encontraban viviendo en una carpa, junto a un grupo de obreros que trabajan en las fincas en la cosecha de zanahorias.
Se sabe que la fatalidad se situó en una zona llamada Sector A, a pocos metros de la policía local.
Según fuentes policiales, en un momento dado Ovando tenía en brazos a su hijo, mientras tomaba mate cocido. Hacía mucho calor y resolvió encender el ventilador de pie y ubicarlo en dirección a su cama.
En un segundo, la alegría y los mimos prodigados al pequeño volaron por los aires.
Desesperación
Una potente descarga eléctrica mató a Ovando, mientras su pareja hacía esfuerzos múltiples por evitar idéntico desenlace en su hijo. Al parecer, el único recurso que encontró a mano fue tomar una silla con la cual golpeó fuertemente los cables, posibilitando así que éstos literalmente liberaran a Ovando.
Por ende, el niño también resultó con golpes al precipitarse al piso, pero afortunadamente logró salvar su vida.
El llanto y los gritos del bebito potenciaron el dramatismo e impotencia, con un bebé golpeado y su padre tirado en el piso.
Debido al episodio, arribaron efectivos de la División Criminalística de la Unidad Regional 2 de La Banda, quienes realizaron las pericias correspondientes.
En forma simultánea, trabajó un médico de policía que confirmó la muerte de Ovando por descarga eléctrica. Posteriormente, la Justicia entregó los restos de la víctima a sus familiares para que le den cristiana sepultura.
Fuente: elliberal.com.ar