Baldantoni, especialista de infancia y adolescencia del Centro de Estudios del Estrés y la Ansiedad Hémera, explicó, además, que "el uso de juegos virtuales pone a los niños en situaciones donde no están expuestos a las consecuencias de sus acciones, es decir, matan, mueren y vuelven a vivir".
"Esto hace que al estar en contacto con la realidad, carezcan de suficientes recursos para manejar sus emociones, no sepan resolver conflictos y para eso tenemos que reentrenarlos", sostuvo.
En el mismo sentido, la psicóloga Candelaria Irazusta, miembro de ABA (Anti Bullying Argentina), afirmó que "el acoso no es algo nuevo, sin embargo, a partir de Internet se potenció y visibilizó la problemática".
"Es muy común que los padres se presenten en nuestra institución con hojas impresas del Facebook o de Twitter -indicó- y esto se da no sólo porque las redes son una prolongación de la vida de los jóvenes, sino además porque en estos medios se produce como un efecto de anonimato, aunque estén las firmas".
"Esto hace que, por ejemplo, los niños que personalmente funcionan como espectadores o testigos de bullying, en las redes también se conviertan en agresores", detalló.
Otro elemento que Irazusta destacó como propio de esta época es "la masividad que adquieren las agresiones, lo que antes se limitaba al aula hoy lo ven ´amigos de amigos´".
Ambas especialistas diferenciaron el bullying con otros tipos de violencia escolar: "para hablar de acoso en este ámbito se tienen que dar una serie de factores, el primero es que se da entre pares", sostuvo Irazusta, quien también trabaja la temática en la Fundación Ineco.
Fuente: Télam