El convoy descarrilado llevaba alrededor de 800 personas a bordo, quienes vivieron momentos de pánico cuando algunos vagones se salieron de las vías y se estrellaron contra la pared de los túneles subterráneos.
El accidente no causó víctimas fatales ni heridos graves, pero aumentó el miedo de los pasajeros de ese importante medio de transporte británico, que a diario frecuentan tres millones de personas. (Télam-SNI)