(DIARIOC, 15/02/2011) Se sienta a la mesa con el resto de la familia, entra a los dormitorios, usa el baño y ocupa cada rincón de la casa. Parece un miembro más del grupo familiar, pero en realidad es un como virus que enferma, que hace sufrir, que contamina y que destruye. La violencia doméstica habita en hogares ricos y pobres. A pesar de que las características de sus ataques pueden variar según el caso, los golpes, los maltratos psicológicos, sexuales y hasta económicos figuran en los casos que llegan a la Justicia, y que no son pocos: desde abril del 2010 -cuando la Oficina de Violencia Doméstica del Poder Judicial (OVD) comenzó a funcionar- hasta enero de este año, la institución recibió a 1.929 personas.
El 95% de las víctimas que llegó a la OVD fueron mujeres. De las mujeres subafectadas (viven en forma indirecta el conflicto, porque habitan con la víctima o presencian los hechos violentos), el 88% fueron niñas de hasta 18 años. En el caso de los varones subafectados, el 92% fueron niños de hasta 18 años.
Los números sorprenden y es inevitable preguntar ¿hay más casos que antes? No, es la respuesta que dan los funcionarios judiciales. "Lo que sucede es que la gente tiene más conciencia sobre la importancia de denunciar. La mediatización de los casos hace que lleguen más denuncias y que la gente quiera que estos hechos se clarifiquen", explica el defensor de Menores II, Silvio Maza Villalba.
A esto hay que sumarle que la ley 6.510 obliga a todos los ciudadanos a denunciar un hecho de violencia contra menores aunque sólo se tengan sospechas. La defensora de Menores III, Mónica Romano, aclaró que la norma deja exento al denunciante de responsabilidad penal y civil, y lo releva del secreto profesional.
Ruptura
En los últimos años se produjo un incremento en la denuncia de hechos que ocurren en hogares de clase media y media-alta. "Es un mito eso de que el maltrato a los niños sólo se produce en las zonas pobres. Lo que sucede es que se lo visualiza más cuando la gente es más desposeída, porque llegan con más frecuencia a la Justicia", explicó la camarista de Familia, Esther Valderrábano de Casas.
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Las estadísticas sostienen que la violencia psicológica es la predominante (el 44% de los casos que llegaron a la OVD). Maza Villalba dijo que una de las situaciones de maltrato que se da con más frecuencia son los procesos de divorcio de los padres (o la separación de una pareja con hijos que no está casada). "En el caso del divorcio, el chico sufre una violencia psicológica, porque ellos son testigos y participan de toda esa situación. Lamentablemente, los padres a veces no se dan cuenta de esto o también utilizan, consciente o inconscientemente, a sus hijos como herramienta para herir a la ex pareja", aclaró el defensor.
En el libro "Infancia maltratada en la posmodernidad", la experta en violencia de género, Silvina Cohen Imach, afirma que el 70% de los chicos maltratados tiene un rendimiento escolar más bajo que sus compañeros que no sufren este problema.
Justamente, una gran cantidad de denuncias llega a la Justicia desde el Servicio de Asistencia Escolar (Sase). Maza Villalba agrega que es fundamental que la sociedad sepa leer los signos de la violencia para que se pueda intervenir y romper la cadena de la violencia. Y la única forma de hacerlo es erradicar el virus del maltrato por medio de una intervención profunda en el chico, en quienes ejercen la violencia y en aquellos que miran para otro lado y se hacen los distraídos. (La Gaceta)
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