Durante la hora que duró el agasajo, Alperovich se mostró sonriente. En un breve discurso, agradeció a los invitados, entre los que se encontraban numerosos funcionarios. Incluso, al terminar de hablar, se dispuso a saludar a cada uno de los asistentes, iniciativa que debió ser interrumpida por sus asesores, que le recordaron la necesidad de cumplir con otras obligaciones.
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