Sobre el particular, el concejal del Movimiento Viable, Pablo Gerez, admitió que “uno de los temas que habíamos barajado es la de transferir la responsabilidad de los menores infractores a los padres, tanto en las contravenciones por el tema picadas o por el consumo de alcohol”.
“Nosotros –manifestó, desde el Concejo Deliberante solos no podemos tomar las determinaciones por lo que hemos sido cautos y vamos a ver las acciones que está llevando a cabo la policía”.
Recordó que “en el año 2006 se ha creado el Consejo General de Seguridad y estoy haciendo el proyecto de comunicación para que justamente se lo convoque para que se analicen distintos puntos y a partir de ahí empezar a tomar determinaciones”, anticipó el edil.
Para la próxima sesión ordinaria del cuerpo, el martes 29, se planteará y se pedirá que se apruebe sobre tablas la necesidad de que el Departamento Ejecutivo convoque a los integrantes del Consejo de Seguridad, que está conformado por los propios concejales, representantes del municipio, de la Policía y de distintas organizaciones no gubernamentales.
Por su parte, el titular de la UR 2, comisario mayor Jesús Oscar Sánchez, indicó que “en la ley contravencional que tenemos se contempla que la falta que cometen los menores recaen en los mayores, como es el pago de las multas”.
Proyecto Padres
El Lic. Marcelo Arambuena del Proyecto Padres, apoyó la idea de la transferencia de la responsabilidad hacia los progenitores o tutores por las conductas inapropiadas de los menores a su cargo.
“Hay que imitar a los países del Primer Mundo, donde si un hijo ha cometido una falta, las leyes contemplan que los padres se hagan responsables y afronten la sanción. La patria potestad hoy ha quedado desactualizada y ha perdido sentido”, afirmó el profesor.
Según su interpretación, el problema de los excesos juveniles tiene una raíz en la familia, que también alcanza a la comunidad en general. “El problema es cuando se acepta y generaliza el comportamiento transgresor y nadie dice nada”, partiendo de la base de que el adolescente está en una etapa de su vida en la que busca llamar la atención y a menudo lo hace con acciones negativas.
Además, Arambuena consideró que “tenemos cierta ausencia del Estado y de otras instituciones que han perdido predicamento entre los jóvenes, como la Iglesia y los clubes”. La consecuencia es que no se respeta el orden social.
Finalmente, expresó que su preocupación es que “más jóvenes están muriendo por accidentes, suicidios y violaciones que en otras épocas”, producto de la falta de controles y límites dentro de la sociedad y en cada hogar.
Fuente: elliberal.com.ar
