La madre y el hermano del religioso, de 57 años, habían agotado todos los medios para saber el paradero de Mancuello hasta que éste pudo contactarse con ellos por sus propios medios.
El religioso pertenece a la orden de los franciscanos y vivía en una casa que se derrumbó por el terremoto, situada a 22 kilómetros de Puerto Príncipe.
Cadenas de oraciones se armaron desde el momento en que la familia no recibía comunicación alguna del cura argentino, quien no sólo realizaba tareas eligiosas en Haití sino que estuvo en Chile, Paraguay y diversos países europeos con el mimso fin.
Fuente: Télam.com.ar