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SANTIAGO - ASALTO COMANDO EN LA BANDA

“Apuntaban a la cabeza y hacían como que me iban a disparar”

El dueño de la casa asaltada por cuatro delincuentes armados y encapuchados relató la odisea que vivió junto a su esposa y su pequeño hijo. Les llevaron $100 mil en pertenencias.
(DIARIOC, 19/11/2009) Una pesadilla. Eso fue lo que vivió una familia de la zona Sur. Situación inexplicable. Omar Citatti se lamentó por haber sido víctima de un violento asalto como el que vivieron, al sostener que su familia es “gente de trabajo. La misma policía dice que todo esto que sufrimos fue prácticamente algo nunca visto en La Banda”.
de la ciudad de La Banda, al caer en manos de cuatro encapuchados.

Las víctimas fueron amenazadas con armas de fuego, golpeadas y abandonadas con sus manos atadas.
Semejante escena se produjo anteanoche, en una vivienda ubicada a escasos 500 metros del empalme de las rutas provincial 51 y nacional 34, más precisamente en el paraje San José.

Las víctimas fueron José Omar Citatti, de 64 años; su esposa y su hijo, de 34 y de 8 años, respectivamente.
El nombrado es oriundo de la provincia de Buenos Aires.
Con otros familiares directos, trabajan como contratistas de las firmas de comunicaciones Siemens y Nokia, las cuales, a la vez, brindan un servicio directo -en toda la provincia- para la empresa Telecom.

El dramático asalto ocurrió cuando todos ellos regresaban a su hogar, en un automóvil Volkswagen Bora, de color bordó, patente HOB-830.

Citatti explicó que esa ocasional salida fue para buscar a su esposa, que se había ido de visita, a la casa de una hermana.
“Cuando llegamos, todo estaba oscuro. El primero que bajó del coche fue mi hijo y al instante corrió hacia nosotros, diciendo: ´Papi, papi, unos ladrones han entrado en la casa”, sostuvo el jefe del hogar.

Entonces, él decidió inspeccionar el frente del inmueble y por eso comprobó que la puerta principal se encontraba violentada.

“Parece que usaron una barreta para forzar el picaporte”, detalló.
Ni bien alcanzó a hacer unos pasos por el living, desde atrás fue reducido por dos encapuchados que le apuntaron con armas de fuego.

“No hagas nada y quedate quieto”, fueron las órdenes que escucharon de boca de los maleantes.
“Así como entré, me obligaron a ponerme de rodillas y luego me arrojaron sobre el piso hacia adelante. Mientras tanto, mi esposa y mi hijo también aparecieron por atrás, custodiados por otros dos maleantes que también cubrían su rostro”, manifestó Citatti.

“No podía creer lo que nos estaba pasando. Después, a ellos (por su señora y el menor) los empujaron al suelo y les taparon la cabeza con una colcha. En eso, me empezaron a dar dos o tres puntapiés en el cuerpo, para que les dijera dónde tenía una fuerte suma de dinero”, expresó el dueño de casa.

“Decí dónde están los $5.000, más vale que nos digas donde tenés los $5.000, repetía constantemente uno de los delincuentes”, señaló el damnificado.

El hombre aseguró que no tenía semejante suma y, por eso, les entregó la billetera donde había entre $300 y $400.
“También preguntaban dónde estaban las armas y querían que les diéramos celulares”, dijo el entrevistado.
Afirmó que, de los cuatro maleantes, uno de ellos parecía que estaba totalmente descontrolado.
“Por la forma como andaba vestido, tenía pinta de ser un ´villero´. No dejaba de apuntarme a la cabeza y hacían siempre movimientos, como queriendo dispararme”, indicó.

Detalló que los delincuentes portaban una escopeta de doble caño y un revólver.
Expresó que, en cierto momento, los sospechosos los llevaron a los tres hacia el dormitorio matrimonial, en donde los maniataron con los primeros elementos que hallaron al alcance de sus manos.
“A mi esposa la sujetaron con una de mis corbatas”, contó Citatti.

Mientras uno de los ladrones quedó en la puerta de la pieza para vigilar a las víctimas, los demás sujetos se aprovecharon de esa ocasión para saquear la vivienda.

{adr}“Se llevaron de todo. Hasta lo más increíble: una computadora, el televisor, joyas, hasta todas las prendas de vestir, entre ellas, la ropa de trabajo”, indicó.

La incursión delictiva incluyó el robo de los bienes de la cocina, como juegos completos de ollas Essen y la mercadería que se encontraba en la heladera, como queso, chorizos, bebidas.

“En pleno robo, ellos se tomaron unas sodas y los envases vacíos los tiraron en el frente de la vivienda”, sostuvo.
No conformes con semejante botín, los autores del hecho también levantaron diferentes bienes que se encontraban en la parte exterior del inmueble, como bolsas con jabón en polvo y hasta las herramientas que se usan para arreglar el jardín.

Lo que no imaginaban las víctimas era que los delincuentes iban a emprender la huida en el propio auto de Citatti.
“Ni cuenta me di de cuándo pusieron en marcha el vehículo porque, en realidad, el motor es muy silencioso”, indicó su dueño.

Cuando el matrimonio y su hijo advirtieron que quedaron abandonados en el lugar, la señora fue la primera en quitarse las ataduras. Después, la mujer liberó a su marido y al niño.

Fuente: El Liberal
Los delincuentes llegaron a romper una persiana de madera, pero se encontraron con un enrejado.

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