Los investigadores analizaron las costumbres alimentarias de 62.581 personas en buena salud al inicio del estudio.
Durante nueve años seguidos identificaron 208 casos de cáncer de páncreas y descubrieron que los participantes que preferían su carne muy asada tenían un riesgo un 60% mayor de desarrollar ese tipo de cáncer comparado con aquellos que consumían su carne menos asada, frita o no comían nada de carne.
Sin embargo, "no podemos afirmar con certeza absoluta que el riesgo de desarrollar ese cáncer aumenta debido a la presencia de cancerígenos formados con la carne quemada", relativizó el doctor Anderson.
En esas circunstancias, las sustancias cancerígenas pueden ser parcialmente eliminadas pasando la carne por un horno microondas unos minutos, antes de asarla o freírla, explicaron los autores del estudio.
Fuente/ 26noticias.com.ar