(DIARIOC, 04/11/2010) Los consumidores optan comprar en forma escasa, ya no por kilo sino por unidad (4 bifes, un puñadito de carne molida, por ejemplo), los que la consumen. También existe mayor demanda en los cortes más económicos como el puchero, la aguja y la falda. Pero pese al boicot, los precios todavía continúan en alza y con proyección a seguir escalando. Podemos observar el Kg. de blanda a $34 y el Kg. de asado a $28 pesos aproximadamente, sin modificación alguna, y con la información que el asado escalara a $80 pesos el Kg. antes de las fiestas. La baja del consumo es directamente proporcional al aumento de los precios de la carne. Por eso, ahora se busca el sustituto por excelencia de la carne, como lo es el pollo, cuyo precio oscila entre los $7 y $8 pesos el kilogramo. Otro alimento que los riojanos también escogieron es el pescado, que en las pescaderías se encuentra el kilogramo de merluza fresca a $25 pesos aproximadamente y los supermercados ofrecen el pescado congelado a 19 pesos el kilogramo del mismo pescado.
En definitiva, si el consumidor deja de comprar carne, seguramente los precios van a bajar algo, pero mientras el bien tan preciado escasee, continuará en alza, por falta de políticas que apunte a los productores y les devuelva la posibilidad de hacer buenos negocios en el sector.