Catamarca
Viernes 19 de Abril de 2024
Buscar:

Banalizaciones, elitismos y otros modos de solazarse en la trampa

¿No es cierto lo que denuncia Mario Vargas Llosa cuando, en La civilización del espectáculo, se opone a "la banalización de la cultura, la generalización de la frivolidad"? ¿No tiene eso que ver con la situación que obsesionaba a fines de los años cuarenta a Theodor W. Adorno?
¿Y la que llevó a Cornelius Castoriadis a poner de título a uno de sus libros El avance de la insignificancia?
El mundo actual sucumbe bajo una crisis de sentido, tanto en el plano colectivo como en las vidas individuales, sostenía en la década de los noventa Castoriadis y sostiene hoy Vargas Llosa. ¿Tardíamente? Tal vez. En todo caso, nunca como en los últimos años alcanzó tanta vigencia lo que Vargas y otros llaman "la cultura del entretenimiento", ni su dominio era tan monolítico en un mundo en el que había aún posibilidad de que una editorial de las grandes publicara a un escritor casi desconocido una novela tan audaz como La ciudad y los perros, y que una obra de esas características, compleja y problemática, tuviera cierto impacto en la consideración general.

Ahí pone Vargas Llosa, justamente, el ojo: en "la metamorfosis que ha experimentado lo que se entendía aún por cultura cuando mi generación entró a la escuela o a la universidad y la abigarrada materia que la ha sustituido, una adulteración que parece haberse realizado con facilidad, en la aquiescencia general". No faltan motivos para reconocer que eso ocurre, y que no sólo en la literatura y el arte se hace sentir sino también en la educación, la política, el periodismo y hasta las religiones, como advierte Vargas, aunque habría que ver qué tiene de objetable una "abigarrada materia", como no sea para el puritanismo de una mentalidad elitista. Ese adjetivo, "elitista", es precisamente el que predominó entre quienes comentaron La civilización del espectáculo, y mal no le viene a un libro que "parece añorar los buenos tiempos en que una elite -justa e ilustrada- conducía nuestras elecciones", como en El País de Madrid escribió Jorge Volpi, ni tendría derecho a quejarse Vargas de que lo consideren elitista cuando atribuye a "la democratización de la cultura" el "indeseado efecto de la trivialización y el adocenamiento de la vida cultural".


Fuente: Télam

(Se ha leido 128 veces.)

Se permite la reproducción de esta noticia, citando la fuente http://www.diarioc.com.ar

Compartir en Facebook

Sitemap | Cartas al Director | Turismo Catamarca | Contacto | Tel. (03833) 15 697034 | www.diarioc.com.ar 2002-2024