El arzobispo de Buenos Aires pidió al patrono del pan y el trabajo "protección" ante la inseguridad que produce "tanta violencia desatada en nuestra sociedad".
"San Cayetano, cuidá nuestra esperanza. Protegela de los males que la amenazan: el bajar los brazos, el tirar la toalla, el apagar la mirada pensando que no vale la pena, que en este país no se puede", reclamó.
Además, volvió a denunciar hoy la existencia de una "cultura cada vez más pagana" y criticó a quienes pretenden excluir a Jesucristo de la vida pública, al presidir la misa central en honor de San Cayetano.
"Al hacer como si Jesucristo no existiera, al relegarlo a la sacristía y no querer que se meta en la vida pública, negamos tantas cosas buenas que el cristianismo aportó a nuestra cultura", subrayó ante una multitud reunida en el santuario del barrio porteño de Liniers.
Las puertas del santuario fueron abiertas a la medianoche por el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Raúl Martín, quien tras impartir la bendición dio paso a los devotos.
La primera en ingresar fue, como es habitual, Delia Noris Lensina de Aguirre, una peluquera de 67 años. "Vine por primera vez cuando tenía 14 años y el año que viene cumplo 30 años siendo primera, y no he perdido las motivaciones", dijo a DyN la mujer, que se instaló muy cerca del templo los primeros días de mayo.