La actividad dio inicio en la Plaza del Aborigen, departamento Valle Viejo, a las 17.00 con la acreditación y la entrega de ponchos, tarea en la que colaboró un grupo de boys scouts y del Movimiento Familiar Cristiano.
A las 18.25, con la participación de 70 ciclistas entre niños, jóvenes y adultos, comenzó el recorrido, con el apoyo de la Policía de la Municipalidad de Valle Viejo y una ambulancia del SAME.
El arribo al Parque de los Niños fue a las 19.00, aproximadamente, donde se plantó un árbol, en homenaje al Año Diocesano de la Familia.
“En este árbol están representados los padres, los hijos, los abuelos, los nietos, ligados todos por un tronco común que son los principios y los valores que amalgaman el amor en la familia. El cuidado de este árbol es diario, cada día necesita de nuestra atención, de nuestro afecto”, explicaron en los organizadores.
El Padre Eduardo López Márquez tuvo a su cargo las palabras y la bendición del árbol, y posteriormente se puso un cartel con la frase que quedará a los pies de la planta.
Seguidamente, el grupo se trasladó hasta el anfiteatro del Parque de los Niños, donde se procedió a la entrega de plantines de olivos a cada participante de la bicicleteada, donados por la Municipalidad de la Capital, tarea realizada por un grupo de jóvenes de la comuna local.
Luego de repartir los plantines, el P. Eduardo los bendijo, explicando que el olivo tiene para los catamarqueños en general y para el cristiano en particular, un significado trascendente, ya que de sus frutos se extrae el aceite para algunos sacramentos, por el cual somos ungidos en el Bautismo y en la Confirmación. Asimismo, animó a todos a valorar este presente comprometiéndolos a cuidarlo.
Finalmente, la Infancia y Adolescencia Misionera (IAM) representó una obra de teatro sobre las madres; además, hubo música y sorteo de dos bicicletas entre los participantes de esta interesante propuesta.
