El ministro destacó además que "el conocimiento está profundamente involucrado en la jerarquización del trabajo, la generación de trabajo de calidad y en el incremento de la competitividad de las empresas".
Barañao remarcó la importancia del convenio porque "permite demostrar que este Ministerio no está sólo al servicio del avance del conocimiento universal, sino a la solución de problemas reales como es la generación de empleo de calidad".
Por su parte, el ministro de Trabajo Carlos Tomada sostuvo que este tipo de acciones "demuestran que el Gobierno ha tomado una dirección muy clara en relación a una Argentina competitiva pero no en términos de bajos salarios, sino a partir de la innovación tecnológica y de la capacitación de los trabajadores".
Tomada dijo que el acuerdo "permitirá la formación profesional en tecnología de última generación a trabajadores que adquirirán más calificación y más competencias".
El Ministerio de Ciencia y Tecnología impulsa la utilización de la tecnología 3D en diferentes sectores que van desde la Convocatoria a Proyectos de Innovación, Desarrollo y Adopción de Tecnología de esta nueva herramienta, hasta la creación de centros de impresión 3D en distintas ciudades del interior.
"Un ejemplo de esto pasó en la localidad de Rafaela, que tenía todo su desarrollo metalmecánico basado en procedimientos manuales y hoy cuenta con esta tecnología que le permite a los productores de maquinaria agrícola imprimir sus piezas", aseguró Barañao.
Indicó que estas piezas "incluso pueden ser funcionales, es decir, pueden imprimir directamente piezas de un motor o de una cosechadora".
La impresión 3D permite la fabricación de objetos a partir de diferentes tecnologías "la más común es la que utiliza plástico fundido que va armando objetos en piezas muy finitas de abajo para arriba" explicó a Télam Hernán Ruiz Camauer, empleado de Kikai Labs, una de las tres empresas nacionales que fabrican estas impresoras.
Aunque su fabricación data de menos de dos años en Argentina, la tecnología de la impresión 3D "tiene al menos 30 años de vigencia sólo que las licencias eran demasiado caras, pero ahora se vencieron y eso dio impulso a que se comiencen a elaborar", aseguró Ruiz Camuer.
Explicó que la utilización de la tecnlogía 3D "es sencilla, se hace a partir de un programa que permita en diseño en 3D y se manda a imprimir a través de un software libre que convertirá el diseño en una pieza de como máximo 20 por 20 centímetros".
El precio de las impresoras de fabricación nacional es a partir de los 18 mil pesos y va aumentando de acuerdo a la complejidad, en tanto los insumos, como el kilo de plástico, es de 400 pesos y sirve para la elaboración, por ejemplo, de al menos 250 piezas de ajedrez.
La secretaria de Planeamiento y Políticas en el Ministerio de Ciencia y Tecnología, Ruth Graciela Ladenheim, aseguró que la tecnología 3D "se ha usado también para la elaboración de modelos moleculares, tejidos, incluso hasta para prótesis a medida y también en el ámbito artístico".
El convenio entre ambos ministerios se firmó en el Polo Científico Tecnológico ubicado en el barrio porteño de Palermo y asistieron representantes de diferentes organizaciones sindicales como Smata, UOM, Luz y Fuerza, entre otros, Adimra y empresarios.
Fuente: Télam
