Esta gran responsabilidad requiere de un compromiso afín por quienes la despliegan, ya que si recordamos un poco podremos ver que el día del Periodista fue establecido en memoria del primer medio de prensa con ideas patrióticas. Claro está que aquel 7 de junio de 1810, Mariano Moreno no imaginó que abría el camino a la libertad de pensamiento y de expresión, y que organizaría un soporte básico para el crecimiento sano en democracia de nuestro país.
El día del Periodista, debería ser celebrado por los trabajadores de prensa manteniendo la libertad e independencia de conciencia entre sus más inclaudicables valores, aunque en muchas ocasiones este sea la más complicada tarea de quienes comunican un acontecimiento influyente en los destinos de nuestra nación.
Además correspondería reivindicar el ejercicio intenso de la búsqueda, la descentralización de la producción de contenidos, y de su publicación y la no jerarquía de la acción comunicativa; y del filtrado de información, como así también bregar por la filosofía del trabajo de hormiga, la colaboración permanente, y los servicios de ayuda a la inteligencia ajena, más como un deber que una alternativa.
Desde este pequeño pero significativo lugar, hacemos extensivo el saludo a los trabajadores de prensa que cotidianamente dedican sus días a luchar por una sociedad libre y con conciencia plena.