Desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, el gobierno de Bush trabaja con la posibilidad no sólo de ser víctima de un ataque ciberterrorista, sino que también busca las armas paradefenderse de ello e incluso utilizarlas contra sus enemigos.
Un ataque a través de la red incluiría acciones como el colapso de las telecomunicaciones (telefonía, televisión y radio fundamentalmente), la inutilización de los sistemas informáticos de radar y, sobre todo, el acceso -para su posterior neutralización- a las computadoras que controlan las plantas de energía del país. (Télam)