Según la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), hoy se realizarán apenas 5.000 de los 22.000 vuelos previstos dentro de Europa. Y los daños provocados al tráfico aéreo mundial por las cenizas volcánicas superan los que ocasionaron los atentados del 11 de septiembre de 2001.
"Sin disponer de cifras precisas de momento, estimamos que el impacto supera al de 2001 en términos de vuelos anulados y de inconvenientes causados a los aeropuertos", declaró el portavoz de la OACI, Denis Chagnon.
Aunque sigue avanzando hacia el sur sureste y acercándose a la frontera Franco española, la nube de cenizas no abandona el centro y norte de Europa. La mayoría de los aeropuertos del continente anunciaron que continuarán sin vuelos hasta mañana a la noche o incluso el lunes.
"La nube de ceniza volcánica seguirá perturbando la situación en las próximas 24 horas. Ningún despegue ni aterrizaje es posible para aparatos civiles en la mayoría de los países del norte y centro de Europa", informó hoy Eurocontrol en comunicado.
De todos modos, sí hay países en los que pudo reabrirse parcialmente el tráfico aéreo, como Irlanda, Noruega y Suecia; paradójicamente, Islandia –donde está el volcán del que salieron las cenizas- opera sin ningún inconveniente propio.
En España, las cenizas obligaron a cerrar siete aeropuertos del norte durante poco más de una hora. Los expertos locales advierten que la nube se desplaza hacia el este de España y podría afectar, en las próximas horas, a algunos aeropuertos de Cataluña y Baleares.
Mientras, los expertos que analizan la situación en Islandia advirtieron que no hay signos de calma en el volcán que despidió la nube, que la situación podría extenderse por varias semanas y que los vientos podrían seguir llevando cenizas sobre Europa continental durante varios días.
Los científicos están atentos al volcán Katla, que está en la misma zona y es más peligroso. La última erupción fue en 1918, y causó gran destrucción.
Aunque por el momento los expertos resaltan que la nube no es riesgosa para la salud, la Organización Mundial de la Salud advirtió que la situación podría cambiar si las cenizas se posan sobre la tierra.
La parálisis del tráfico aéreo representa una pérdida de más de 200 millones de dólares diarios para el sector, estimó la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).
Fuente: Clarín
