Además, las líneas de colectivos no dieron abasto para trasladar a las miles de personas que diariamente ingresan y egresan a la ciudad de Buenos Aires.
El panorama resultó un poco menos caótico a la tarde, cuando la gente, avisada del paro ferroviario, demoró la salida de sus lugares de trabajo y optó por otros medios de transporte, que no fueran los colectivos, para trasladarse.
Filas de automóviles de hasta 800 metros, que circulaban a paso de hombre sobre los accesos a la ciudad de Buenos Aires y colectivos atestados de pasajeros, así como también gran cantidad de ciclistas, era el panorama este miércoles
a la mañana a causa del cese de actividades de los ferrocarriles. (Télam)